23 de septiembre de 2015

La Mirada de la lluvia



Nunca me gustó la lluvia.

De chico era ver que todo se oscurecía, que caían gotas para que Todo fuese Gris.
Sentir que con el murmullo del Agua y el aire húmedo también se escurrían mis Ganas.
Y que un pesadísimo telón me cerraba los ojos, llevándome a un Sueño que no quería.

La lluvia, al crecer, fue obstáculo.
La molestia del paraguas chocando con la Regla T al ir al Secundario Técnico.
Las tormentas con ese viento que te dejaba más mojado que si te hubieses duchado.
El llegar tarde a un trabajo con los pies helados, chapoteando en veredas inundadas y rotas.

Y también, la lluvia fue frustración.
Renunciar a salir de una casa aburrida por un clima que te decía para qué.
Soportar el estar con parejas abrazadas compartiendo paraguas, cuando más me dolía estar solo.
Caminar desolado paso a paso, con decepciones de la Vida remarcadas gota a gota.

Siempre para mí la lluvia era como el llanto del Cielo, y le escapaba tanto como a mis propias lágrimas.
Luego pasé a enfrentarla con odio, saliendo bajo las gotas para ganarme la Jornada.
A cara descubierta buscaba atravesarla, siendo mi propia espada.
Mas cada encuentro era volver a empezar, sabiendo de antemano que ella se impondría.
Hiciera lo que hiciese, igual me comería pies mojados, retraso, frío y renegar.
Encima, la tragedia de tenerme que encontrar con gente que de la lluvia siempre se va a enamorar.
Escuchar romanticismos que en el fondo, me hacían doler.
Con belleza y poesía en detalles que no podía entender.

Hasta ayer.


Ante esta lluvia y llovizna que trajo este año la Primavera, a mí se me ocurrió protestar por Twitter. Como siempre me sucede cuando expreso algo de adentro, un Hada me respondió: @minimalice33.
Y contestando sus preguntas me vi caminando de nuevo a mi infancia, viéndome como era de chiquito:
Si, era así rubito

Así gurrumín me cuidaba mi Abuela Materna, una Segunda Mamá.

Que era, también, tremenda Dragona de Fuego, brava mujer de armas tomar, que había vivido la Segunda Guerra Mundial y quedado con varias psicosis interesantes.

Por supuesto ¿qué sabía yo de todo eso? Ahí estaba con mis juguetes.



Asi que empecé tuiteando que cada vez que llovía me caía de sueño y mi Abuela dejaba la cama lista para no quedarme soñando en el suelo.
Mas recordando otras caras de mi Abuela, también recordé otra imagen.
Algo se nota si se mira la Mirada de la foto.
Cuando mi Abuela se ponía severa, yo lloraba de terror. 



Conociéndome ahora, y proyectando hacia atrás
me pregunté de qué sería ese chiquito capaz:
obediente y maleable ante quien lo hacía temblar,
se dejó programar para no molestar.

Al primer trueno sus ojos se tenían que cerrar
¡Guay de que se le ocurriese protestar!
Sin poder descargarse con quien encima debía Amar
solo le quedaba con la lluvia renegar.


Ver como un flash esto fue ponerme a llorar,
lo que hizo que otra Hada me viniese a rescatar:
@mangiesurgente se puso a plantear
si el Tema pasaba por cómo mirar.

Si eso también se podía programar
quizá hackeándolo se podría cambiar...

Y fue dejar ir a mi Abuela, con todo su Bien y todo su Mal.
Dejar de ver la lluvia gris, para imaginarle colores.
Dejar de fijarle tristeza, para crearle alegría.
Y dejar de rotularla culpable, para verla como amiga.


Hoy fue salir de cara a la lluvia sin que me molestara, disfrutar de poder comprar un buen paraguas, que jamás fue algo que me interesó.
Fue sorprenderme de sonreír, de que no hubiese la menor traza de sueño en mis ojos.
Reconocer que caminar con la lluvia no es estar solo.
Y dejar, también, que me corriera una lágrima porque pasaron 45 años para darme cuenta de todo esto.


Ahora me queda investigar
cuántas más programaciones cambiar;
y entretanto, aprender a disfrutar
todo lo Bonito que la lluvia sabe dar.



Under The Red Umbrella, de Leonid Afremov




ACTUALIZACIÓN (24/09):

Cuando ayer publiqué este post me fui a la cama pensando: 
"no puede ser que cambiar algo tan profundo sea tan fácil".


Y para qué.


Hoy fue de esos días en que todo sale tan mal que no te queda mas que aceptar que buscaste castigarte... ya conozco las características, el patrón.
Es la Resistencia, seguir con el Statu Quo aunque haga mal, proponiendo que todo cambio será para peor.
Incluso dudo y me reprimo de tipear estas líneas, mis dedos pulsan las teclas equivocadas para desistir de escribir, si si Gente, puedo ser así conmigo mismo y más.

Tal vez esté pésimo agregar ésto, no sé, siento que no.

Que quede entonces también registrado, vivido, aceptado.

Para que a su tiempo, termine asumido, integrado, superado.



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