27 de agosto de 2012

Un llamado a la Grúa

Fondo musical: “Who’s That Chick?” (featuring Rihanna) – David Guetta
(del CD doble One More Love, 2010)

Poly me lo avisó: no rompás las bolas, esta carcacha está en ablande. Si era por probar, sobraba con dar la vuelta a la Luna. Pero de cabrón que soy puse el acelerador a fondo: a Disrupción Nivel 3 mi barquichuelo tembló como si tuviera Parkinson, pero peor fue oír la estructura gritando CRRRAAAAKKKKK.
Y terminé clavado en órbita de Neptuno, en medio de la Nada, con el Motor fundido y acompañado por una Inteligencia Artificial que no paraba de decirme que bastante malo es que fuese TAN pelotudo, pero si encima me ponía cabezadura era peor:

- Sos boludo ¿eh? Es el inyector de plasma y está agrietado el Núcleo pero el Señorito dice "a ver si le meto mano". ¿Y qué ganamos? Seis horas de malasangre por usar esas herramientas de mierda que tenés. Llamá a la Grúa, HACEME ESE FAVOR...

Poly tenía razón, como siempre: bufando apreté el botón rojo y dorado de AUXILIO. Y luego, como siempre, hice el gesto de FUCK OFF para que la muy rompepelotas se callara la boca, que por jodida no me iba a ganar a mí.
(Aún así, me quedé pensando: ¿por qué las Máquinas son tan puteadoras? Tiempo atrás leí ese Paper de la Kurzweil University, "Razones hipotéticas para las expresiones vulgares en la dicción de Inteligencias Artificiales superiores al Nivel de Turing". La opinión de Poly fue "¿por qué leés a esa zarabanda de putos?" y no volví a tratar con ella el tema)
Me hizo llevadera la espera meterme en Twitter para seguir a @LadyAtaraxia y su red de amigas, contando-llorando-castigando a sus amores pasados, presentes, futuros, imaginados, alternativos y divergentes. Hasta que se colgó Chrome, y luego Firefox en mi TrashBook con su memoria saturada:  Windows 21 es tan garcha como todas sus versiones anteriores.
En ese momento, sonaron las alarmas de proximidad: ¿sería la Grúa?
Los monitores de la cabina parpadearon, llenos de mensajes en Código Pocoyó: muñequitos redonditos en colores brillantes repitiendo acciones una y otra vez. El problema era que todos los muñecos tenían cuatro brazos señalando diferentes cosas todo el tiempo. Así que hice el gesto de FUCK ON para que Poly volviera a hablar y me tradujera. Pero como estaba ofendida, se manifestó en una ventana en la pantalla de mi TrashBook:


ES LA GRUA
DICE QUE NO CAMBIES POSICIÓN
SISTEMAS GENERALES Y VITALES AL MINIMO
QUE TENGAS PACIENCIA
NO ME JODAS AHORA QUE ESTOY OCUPADA

Puse la pantalla más grande a mostrar una síntesis de lo que pasaba fuera. Se acercaba una estrella con espinas de todos los tamaños, kilómetros de extensión de un extremo a otro. Una nube de objetos se arremolinaba en torno a un huracán de campos electromagnéticos que convergían en torno a mi barquichuelo averiado. Varias veces las luces de la cabina se apagaron, y un ardor corrió por mi piel por unos segundos, dejándome con una resaca sensorial que no se iba al rascarme.
Y luego aparecieron, flotando cerca mío, dos fantasmas brillantes blanco-anaranjados: avatares holográficos de la Grúa.
El de la izquierda recitó:

- ¡OH, pero qué carrito más bonito! Pequeño Ser ¿sabes dónde están tus padres?

El de la derecha se sacudió contrariado, y dijo:

- ¡AH, sinceras disculpas! ¿Pertenece Usted a una Civilización Emergente?

No llegué a responder nada, porque Poly se me adelantó. Los avatares se sacudieron como si discutiesen entre ellos hasta que dijeron a coro:

- Tierra, Tierra, SI, acatá, MPDH 985462200042685 / 67391 TDWRLU cmd96-2. La ficha está desactualizada. ¿Sigue reinando Hammurabi?

Tampoco respondí, porque volvieron a sonar las alarmas de proximidad. Objetos de todo tamaño revoloteaban en torno al casco de mi barquichuelo. Muchos se posaron y corretearon sobre él. Otros fueron derivando hacia popa, yendo hacia mi Núcleo y Motor fundidos. Apagué las alarmas, porque si las dejaba activas me rompían los oídos.
Minutos después, de nuevo los Avatares y su coro:

- Nuestra Inteligencia Técnica reporta haber descubierto la falla. Corresponde advertirle que su tecnología es muy hipermegaputarraca para utilizarse tan lejos de su mundo madre, y se le urge volver a su entorno normal de inmediato. La duración estimada de la reparación es de aproximadamente dos horas y cuarenta y cinco minutos. Para facilitarle la espera, sea tan gentil de recibir nuestros obsequios del Servicio, abriendo su abertura de acceso. ¡Muchas gracias!

En el monitor vi la imagen de una burbuja brillante tornasolada acercándose, como llevada por una corriente de aire. Fue directo hacia la escotilla, y se pegó a ella tan suavemente como lo haría una pompa de jabón. Curioso, dejé mi asiento para ir hacia ella, pero dudé en abrirla. Los Avatares me tranquilizaron:

- Le garantizamos que al abrir su abertura de acceso no habrá pérdidas atmosféricas, ni riesgo de contaminación química, biológica o sensorial. No es necesario ningún traje de protección fuera del que Usted lleva actualmente. Solo tenga en cuenta disponer de espacio para acomodar los obsequios.

Al abrir la escotilla, entendí a qué se referían: apenas se abrió una abertura de contacto, la burbuja se contrajo para empujar su contenido al interior de la nave. Así que salté para atrás empujado por una catarata de objetos, que en la poca gravedad de mi barquichuelo invadieron toda la cabina. No quedé aplastado por ellos porque me sujeté a un pasamanos, corriéndome a un costado. Asustado, me apuré en cerrar la escotilla. No hacía falta porque la burbuja, completamente contraída, cerraba herméticamente la abertura. Pero lo hice igual, y apenas apareció la luz verde indicando ESCOTILLA SELLADA, la burbuja se fue tal como había llegado.
Me dí vuelta, preguntándome qué haría con la catarata de porquería que la burbuja había vomitado en mi barquichuelo. Suponía que me enfrentaría a una nube de cosas flotantes, y estaría toda la espera a las puteadas, agarrándolas y viendo dónde acomodarlas. Pero no: se habían apelotonado en una masa uniforme frente a mí, cubriendo y sepultando todo, incluso gran parte de mi asiento y panel de comando.
Cuando quise retirar los objetos de mi asiento, me dí cuenta de que se pegaban entre sí, pero cuando los tomaba no se adherían a mis manos. Así que removerlos y acomodarlos era fácil. Y volví a mi asiento, tomando varios en mi regazo. 
En un primer inventario, había barritas envueltas parecidas a grisines de salvado, duras para masticar pero que llenaban mucho. Esferas gomosas, que al apretarlas extendían un sorbete y expulsaban algo similar a chocolate caliente amargo. Innumerables abalorios de diferentes tamaños, formas, colores y quizás, usos.
Y unas latas chatas, con inscripciones blanco y negro en un lenguaje desconocido y fichas de contacto en sus bordes, lo que me hizo pensar en algún dispositivo con datos. Extendí una lata hacia los Avatares y su respuesta coral fue inmediata:

- Pérfida Miau y sus mininas perversas. ¡Ronroneo y PURRRRRR garantizados! La última novedad de nuestro Servicio, señor. No podemos decirle más, nuestro vocabulario Gatuno Estándar es limitado.

Lo cual me hizo pensar que la Galaxia estaba llena de gatos consumidores de porno y de roedores de grisines. Y que el chocolate era la bebida universal.
Apenas las reparaciones terminaron, más rápido que lo anunciado, los Avatares volvieron a corear:

- Nuestra Inteligencia Técnica reporta que su Civilización no está asociada a nuestro Servicio de Auxilio. De haber reclamos ¿a quién vemos?
- A Cristina - respondo, sin dudar.

Minutos después, un huracán de objetos se desprendió, alejándose de mi barquichuelo, regresando a la inmensa Grúa en infinitas trayectorias. Poly trazó el curso de regreso a Casa y encendí el Motor. Luego descubriría que funcionaba muchísimo mejor que antes.
Me despedí preguntando a la Grúa si le debía algo. La respuesta fue un inmenso KWATZ, KWATZ, KWATZ que reverberó por toda mi cabina. Los Avatares me dijeron que eso era risa de máquina pensante.
Luego, en diversos coros a doble voz, agradecieron haberme conocido, recomendaron que disfrutara los regalos, que en caso de problemas no dudara en llamarles... y desaparecieron.
Y eso fue todo. 
Al final el encuentro fue buenísimo. De todo lo que se encontró en los abalorios surgieron las industrias que hoy forman el espectro de la abatrónica... de la cual soy uno de los principales accionistas.
Lo que no me imaginaba para nada era que pasaría a la Historia al mostrarle a @LadyAtaraxia las latas de Pérfida Miau, origen de lo que hoy se conoce como Porno Michifuz.

6 de julio de 2012

Adiós Mamá (I): cómo fue que se fué

María Catalina Karawan (15/02/1941 - 15/06/2012)
Cuesta muchísimo volver a escribir en este Blog, tras haber perdido a mi madre. Pero se lo debo tanto a ella como a mí mismo. No solo como homenaje, sino porque un interés personal de ella era la medicina, la enfermería, la atención a quien estuviese enfermo. Y me parece justo, y apropiado para este Blog, contar cómo fue que se fué: porque lo hizo en el ambiente que le interesaba, y le puede ser útil a mucha gente.
El domingo 10 de junio de 2012, mamá salió en el auto de una amiga para visitar el Cementerio Ucraniano en Monte Grande. Al regreso, según testimonio de la amiga "veníamos charlando y de repente tu mamá dejó de hablar". Cuando la miró, la encontró apoyada contra la ventana del asiento del acompañante, la boca torcida hacia un costado, síntomas de un posible ACV.
No se puede describir el susto, desesperación y angustia que sufrió la pobre mujer, manejando su auto en medio de una autopista en pleno fin de semana y con semejante cuadro. Buscó como pudo un lugar donde la pudieran atender, avisando a quien tuviese a mano. Mamá parecía estar consciente, respondía preguntas pero farfullando con la boca torcida, y no podía mover el brazo izquierdo. Un primo mío se encontró con ellas tan pronto como pudo (cosa que le agradeceré siempre), no se cómo consiguieron una ambulancia y la llevaron al Hospital Piñero.
Ahí, el encuentro con la medicina pública en Argentina. La atendieron muy bien, pero con equipo y recursos mínimos. Siendo mamá hipertensa, con señales de un elevado pico de presión, se buscó estabilizarla a nivel cardíaco. Si había tenido un ACV, no podía confirmarse: no había equipo para hacerle una tomografía. Cuando parecía que había pasado lo peor, en palabras de los médicos de Guardia a mi primo, "se deprimió" y entró en coma, por lo que se le indujo a un coma farmacológico.
En ese momento recibí su llamado. Cuando mi iPhone sonó estaba en una salida festejando el cumpleaños de mi hija menor. Por un lado, el impacto de la sorpresa, de escuchar los detalles; por otro, el tenerme que callar para que a mi hija, con 14 años recién cumplidos, no se le viniera el mundo encima con lo que le pasaba a su única abuela. Afortunadamente para mí, en emergencias extremas me pongo emocionalmente neutro, "en máquina", aunque mi señora se dio cuenta de que algo estaba pasando.
Coordiné con mi primo que llevaran a mamá a la Clínica Olivos, donde estaban todos sus médicos y tenía su historia clínica desde hacía años. Ahí, el contacto con la infraestructura médica nacional: no había ambulancias. Al final se pudo trasladarla. Pero desde que se produjo el colapso hasta su internación definitiva, habían pasado alrededor de seis horas.
Hoy me pregunto si fue mejor que todo esto pasara un domingo. Si era en un día de semana, con el tránsito caótico en Buenos Aires y conurbano, capaz todo demoraba más.
Haciendo todo el papeleo de internación, la ví pasar en camilla y no la reconocí, inflada como un globo, rodeada de cables y tubos. Nada, absolutamente nada que decir y todo para agradecer a los médicos de Guardia, de Terapia Intensiva y el personal de la Clínica Olivos, todos volando alrededor de ella. Pero los resultados de los estudios no eran buenos: tres arterias completamente tapadas, así que de inmediato al quirófano para hacerle un stent o angioplastia de la carótida
Luego me contaron que mamá había sufrido un paro cardíaco apenas llegó, y luego otro tras la intervención del stent. De los paros de serie de TV, de los que se sale a shock eléctrico de desfribilador. "Así que no se asuste si ve las marcas en el pecho".
A todo esto era ya la madrugada del lunes 11 de junio, y parecía que la situación estaba estabilizada, pero quedaba el tema del ACV. Los médicos fueron terminantes: con dos paros cardíacos violentos sucesivos, no se la podía examinar con el tomógrafo hasta estar seguros de que el corazón estaba OK. Y así hubo que esperar, recibiendo a los amigos, la familia, al asombro, al terror y a la angustia.
A eso de las diez de la noche del lunes, la veo pasar en camilla hacia el tomógrafo. Todas las visitas se estaban yendo, pero a mí se me ocurrió quedarme. Y ni bien me senté al estar solo, viene el jefe de Terapia Intensiva con la cara blanca: según la tomografía, tenía medio cerebro infartado, y el resto bajo elevada presión. Para contener eso era imperativo abrirle el cráneo y que esa presión se aliviara. Y justamente yo, que había firmado los papeles de internación, era el indicado para firmar la autorización para una intervención de urgencia con una paciente de riesgo.
La intervención duró cuatro horas. Un equipo para operarla, otro equipo para controlarle el corazón. Al final, de nuevo la ví pasar en camilla: su cabello reemplazado por una gorrita de tela blanca, y más entubada y cableada.
Y ya era martes 12 de junio. Al mediodía, el parte médico. Para que se den una idea:
  • Si en Terapia Intensiva te habla un médico, la cosa mejoró o empeoró.
  • Si en Terapia Intensiva te hablan dos médicos, la situación es de vida o muerte.
Cuando llamaron por el apellido, me encontré ante tres médicos, de rigurosa bata blanca, las caras serias, las frases directas.
"La situación de su madre es por lo menos gravísima, no tiene una sino dos patologías, algo que vimos una o dos veces en nuestra carrera". "Por un lado tuvo un infarto de miocardio,  y por otro un infarto cerebral". "Es todo lo que se pudo hacer por la complejidad del cuadro y el tiempo que se demoró en atenderla". 
La situación era que tanto cerebro como corazón estaban en serio riesgo. Si se medicaba a mamá para mejorar su circulación sanguínea, lo más probable era que el cerebro sangrara y se llegara a muerte cerebral. Pero si se le daban coagulantes para proteger al cerebro, se incrementaría la presión sanguínea y se volvería a otro paro cardíaco, con un corazón de por sí debilitado. O sea que mi madre estaba en una delgada cuerda floja entre dos abismos.
Mi hermana preguntó "¿hay diagnóstico?". Los médicos la miraron. "No hay diagnóstico. Es lo que tenemos. En la próxima hora puede estar muerta, o puede seguir así por meses. Esto es hora tras hora. Depende de ella". Y ahí me quedó claro que ya no había más que hacer.
Salvo preguntar por qué había pasado esto.
"La paciente entró con tres arterias tapadas, suponemos que al cerrarse, en ese momento se produjo un infarto general de miocardio y un infarto cerebral". ¿Se cerraron por qué? "Colesterol, lo más probable".
Como en todo capítulo del Dr. House, salí a buscar datos el miércoles 13.
Los primeros aparecieron al abrir el freezer de su casa: un paquete enorme de grasa de cerdo para freír, tres panes de manteca y margarina, chorizos, panceta, salchicha parrillera, chocolate... "Eso es de mamá" - me dice mi hermano - "a ella siempre le gustaron esas cosas". Aunque no recordaba haberla visto comiendo algo de eso.
Los restantes datos vinieron de parte de amigas y otros parientes:
"Ah, sí, ella se quejaba de que le dolía el pecho, pero decía que ya se le pasaría".
"Me contó que tal día se desmayó, pero que se recuperó rápido y que no era nada".
Yo nunca fui de estar muy comunicado con mamá, entre otras cosas porque siempre terminábamos discutiendo por algo. Pero si no me hubiese querido contar de todo eso, estaban mis hermanos. Y tampoco sabían nada.
Haciendo memoria recordé la última conversación que tuve con ella. Las quejas y chismes de siempre, todas aquellas frases que los hijos oyen de sus madres mayores y que así como llegan al oído se van, porque siempre es la misma rutina, el mismo ritual y generalmente uno cumple en poner la oreja para luego irse. Y recordé la expresión "no doy más". Que en una mujer cuyo apodo era mosquita (porque no paraba nunca de moverse y hacer y meterse en cosas) es una expresión poco común. Pero yo la asocié al cansancio de tener 71 años, de ir yirando, penando y aguantando como una jubilada argentina más, de vivir angustiada por salir a la calle, porque no le falten los remedios, por agarrarse la cabeza leyendo el diario u oyendo las pálidas y desgracias de boca de conocidos de su misma edad
Y quién sabe si era toda una declaración que yo dejé pasar.
Y quién me dice si ella no veía que se acercaba la Parca, pero se calló para no preocupar a nadie.
Lo único que sé es que quienes la vieron subirse al auto ese domingo, la vieron contenta por pasear en un día de invierno realmente precioso.


Para la noche del miércoles 13 de junio, le contenían una persistente arritmia cardíaca.
Durante ese día y el jueves 14 de junio mi hermana habla con los médicos de Terapia Intensiva porque los dedos de las manos y los pies de mamá se habían puesto azules y luego negros. El jefe de Terapia me confiesa: "la presión sanguínea baja y la presión cerebral sube, contenemos la cosa como podemos. Considere que ella sigue viva por todas las drogas que le pusieron el domingo, lunes y martes".
El viernes 15 de junio mamá fallece a las 12 del mediodía. Prisioneros en colectivos bloqueados por manifestaciones en un día espantoso con llovizna, tanto mis hermanos como yo (alertados por los médicos unas horas antes) llegamos diez minutos después.
Así como firmé los papeles de su internación, la tuve que reconocer en la morgue de la clínica y firmar los papeles para que llevaran su cuerpo en la camioneta de la cochería. Y es raro, muy raro, ver en la realidad esa escena de película donde cierran la bolsa negra con alguien dentro, que encima conocés, sabés quién es y no hablemos de qué tan cercano es para uno. 
Escribo lo anterior porque parece que de esto no se habla, es tabú y dejo a debate por qué. En estas situaciones tremendas uno normalmente está en el aire, quebrado por el dolor o venido abajo en diversas formas. Pero un familiar cercano tiene que hacerlo. En mi caso ayudó que siguiera "en máquina", que me pusiera en abstracto mirando en forma lógica todo. Es como lo resolví yo. 
No sé si es la forma correcta.
Habiendo agradecido a los médicos que atendieron a mamá, vaya aquí mi agradecimiento y recomendación al personal de la Cochería Cuchetti Hermanos, que no solo coordinaron todo y ayudaron en el tramiterío en forma eficaz y profesional, sino también contuvieron a toda mi familia con la mejor buena voluntad y respeto.
Y también, y en especial, a todos los amigos presentes en esos días dífíciles, tanto de forma real como virtual. A todos GRACIAS, especialmente a quienes no pude responder hasta hoy. Este artículo es una forma, también, de contar todo.


Para vos que leés esto, ante todo GRACIAS por haber llegado hasta aquí.
Este un tema feo y suena como tal, no es un dulce. Está escrito para que lo consideres en una sociedad que lo ignora, disfraza y esconde. Pero está ahí, siempre estuvo, siempre estará. Para un nómada como yo, es otra circunstancia compañera de viaje, como tal creo merece tomarse.

7 de mayo de 2012

Un encuentro con la Argentina Retrógrada

Viñeta de Atomic Robo, o el Futuro masticado por el Pasado


Ayer en La Nación Revista aparece como artículo de tapa esta entrevista a Santiago Bilinkis, fundador de OfficeNet, miembro colaborador y organizador de la Fundación Endeavor y las charlas TED en varias ciudades argentinas. A comienzos del  2010 hizo un curso en la Singularity University y estuvo en contacto con investigadores y desarrolladores de técnicas hoy llamadas futuristas, pero que se estima revolucionarán áreas de la ciencia, medicina, tecnología y vida cotidiana. En 2011 estuvo dando unas conferencias sobre lo que vivió ("El futuro del futuro") cuyo video puede verse también en su blog.
Para seguirlo en esa experiencia, yo entré en Twitter y con eso ingresé al mundo de las redes sociales, un mundo del que yo renegaba. Gracias a una oportunidad dada en su blog, puede asistir a un encuentro de emprendedores organizado por la Fundación Endeavor, otro ingresar en un ambiente nuevo, estimulante y complejo, que merece artículo propio. 
El año pasado tuve la oportunidad de dialogar con Santiago, una charla que para mí fue muy movilizadora y que todavía me hace meditar bastante: más que nada, porque nuestros enfoques y actitudes son muy diferentes, en muchas áreas no concordamos (o al menos eso creo). Pero en otras cosas nos parecemos mucho: en la inquietud acerca del Futuro y todo lo relacionado a él, en el entusiasmo que genera y repercute estar en esos temas, en la honestidad de sentimientos y en la sinceridad en expresarlos. Santiago cree en lo que dice, busca fundamentarlo, enriquecerlo con matices que, incluso, no le gustan. Uno ve sus ojos y nota el brillo de la pasión, de los ideales. Eso para mí es virtud.
Aún así, Santiago tiene una visión del Futuro que no comparto. Tiene una fe alegre en la tecnología, una visión geek, diáfana, llena de posibilidades. Para mí eso es solo un factor, y no el más importante, en un enfoque con otra sintonía. Pero ambos coincidimos en la idea de que existan visiones de futuro en nuestro país, y vaya aquí mi reconocimiento hacia alguien que no solo tiene los recursos y contactos para propagar su visión, sino que los sabe utilizar.
Aunque ¡ay! eso lleve a un choque violento con una Argentina reacia al Futuro, astuta, sutil y violenta: lo que llamo la Argentina Retrógrada.


La Argentina de hoy presta atención a cualquier cosa menos al Futuro, tanto en mayúscula como en minúscula, en pequeñas y en grandes cosas. Acostumbrada a sobrevivir día a día en lo que sus habitantes denominamos yugarla y zafar, improvisando sin planificar, el planteo del Futuro le parece una tontería, una rareza y se ríe de él como de un razonamiento infantil. Reacción muy argentina, la de minimizar, que se aplica a toda cosa que se presenta como un espejo que nos muestra lo que no queremos mirar, y mucho menos aceptar y asumir.
Me da mucha indignación el estilo que La Nación puso en esta nota: hizo con ella exactamente lo descrito en el párrafo anterior.
Puedo comprender que la periodista que hizo las preguntas sea ignorante en muchos puntos, y eso haya motivado a que la entrevista fuera de menor calidad que lo que creo merecía ser. Pero el comienzo de la nota, el título de la misma y las fotos son otra cosa, ya son tema de los editores de La Nación. Y la verdad, hasta hace unos días tenía entendido que eran profesionales. Hoy me queda claro: son unos mercachifles de cuarta. 
Apuntaron a que tienen un público de cabezas huecas con plata. ¿Y que hicieron? Presentaron a un futurista sosteniendo una bola de cristal, como un adivino del Medioevo. Lo denominaron "pregonero del futuro", cuando el término "pregonero" es del rancio siglo XVIII.
No digamos lo de "Marco Polo de camiseta celeste y blanca" que parece inspirado por un Caras y Caretas de 1900.
Terrible insulto. 
Un futurista es alguien que estudia, o al menos se interesa, por tendencias que intuye, confirma y/o calcula acerca del porvenir, no es el Futuro porque sí. En otras partes del mundo (que por cierto, La Nación se cuida de dignificar, promover y tomar como referencia), ser futurista es, cada vez más, un trabajo valioso y un recurso importante para la sociedad frente a la incertidumbre que da el mañana. El futurismo implica trabajo científico de análisis, o el esfuerzo de promover y divulgar sus conclusiones al gran público, con el objetivo de poder debatir alternativas, definir desafíos, crear soluciones.
Con la torpe y burda presentación de esta nota, nada de eso se transmite al lector, todo lo contrario. Las ideas que Santiago Bilinkis baraja en la entrevista quedan como los desvaríos de un "nene bien" que se divirtió en una Disneylandia tecnológica. Se presenta al Futuro señalando al Pasado. Lo que se escribe con la mano, se borra con el codo. Un tema potencialmente importante se achata para quedar como excéntrico tema de conversación.
Esto habla más de La Nación en sí que de cómo queda Santiago Bilinkis, que recibe de regalo el rol de ser el pato de la boda. ¿Si él vió esto? Quizá sí, pero hasta dónde tenía opción, no lo sé. En su lugar me hubiera cabreado, con lo cual La Nación posiblemente no me hubiera publicado una palabra. 
De esta forma, la verdad, no dan muchas ganas de ser nota de tapa.
Pregunto ¿si el día de mañana Jacques Attali, Raymond Kurzweil, o David Brin y otros futuristas más vienen a dar conferencias a estas tierras argentas, La Nación los presentará con ropa de magos de Harry Potter y varitas mágicas? ¡Oh, por cierto que no! ¡No vamos a faltarle el respeto a eminentes yanquis y europeos! Para eso están los propios argentinos. Así es la Argentina Retrógrada y mediocre, la Argentina garca que no duda en aplastar a sus propios hijos.
Para no ser menos, tenemos los comentarios de los lectores de La Nación, que sirven como estudio sociológico. 80 por ciento, pura reacción y miedo. El 20 por cierto restante, fanatismos en contra y algo a favor. A golpe de ojo, todo provocado más por cómo se presentó la nota que por lo que dice. Agrego aquí en negrita, rojo y mayúsculas: MENOS MAL QUE BILINKIS ES CONSERVADOR Y DESCRIBE TENDENCIAS PROMEDIO... 
Si en lugar de él hubiese aparecido un autor de Ciencia Ficción, con visiones avanzadas en serio ¿qué hubiese pasado? 
Nada. Porque la nota ni se hubiese hecho. En Argentina, la Ciencia Ficción es algo desconocido, no se considera, no existe, no merece atención. Hasta que viene de afuera, en formato Hollywood como Avatar
Esto, por supuesto, mientras los futuristas del Norte usan textos de Ciencia Ficción como recursos y fuentes de ideas para sus hipótesis de trabajo.
Ojalá esto fuese solo un tema de desconocimiento o de ignorancia. Eso se arregla. Pero aquí hay un tema cultural, social, más profundo. Más psicológico. Se llama resistencia al cambio, y es tan fuerte que se vuelve innato. Lo innato se considera normal, natural: siempre queda bien, hasta que apenas se asoma una discrepancia (aún con toda la buena voluntad)  muestra los dientes.
Sirve como aprendizaje. Los cambios, en general, no entran por las buenas. Así que habrá que arremangarse y pelearla, aguantar y convivir con la Argentina Retrógrada hasta aprender a dejarla atrás.


Posdata especial para argentinos: en este artículo los palos son todos hacia La Nación, medio opositor al Gobierno. En la Argentina polarizada de hoy, está la tentación de afirmar que eso implica que en el bando K Santiago Bilinkis hubiese tenido mejor suerte. 
OLVÍDENSE. Con ese criterio, los medios K se hubiesen adelantado, con su característica velocidad y ocurrencia. Para la visión K, la palabra Futuro no parece estar en su vocabulario
La sombra de la Argentina Retrógrada flota absolutamente sobre todo, todos y todas.
Sirva esto para saber cómo estamos y por qué.

6 de mayo de 2012

Atomic Robo: aire fresco para el comic y la Ciencia Ficción

Ayer, nomadeando en Internet, me encuentro por casualidad en el blog Ya leo yo por ti y sus comentarios del comic Atomic Robo, con guión de Brian Clesinger y dibujos de Scott Wegener:

Atomic Robo (clic en la imagen para ir al sitio oficial)

Atomic Robo es un robot con "inteligencia automática incorporada" creado por el mismísimo Nikola Tesla en 1923, en un mundo alterno al nuestro. En 1938, gracias a "servicios" brindados por Robo al gobierno de los Estados Unidos, este es declarado ciudadano americano, hereda la fortuna de Tesla y crea la organización TeslaDyne Industries, dedicada a la investigación científica, la alta tecnología... y a resolver entuertos y misterios a tortazo limpio. 

Foto de familia: Nikola Tesla y Atomic Robo, hacia 1925

En el mundo de Robo los nazis siguen siendo una amenaza, junto con otros villanos y científicos locos (entre los que se cuenta Thomas Alva Edison, para mí con justicia), vampiros de otra dimensión, monstruos paranormales lovecraftianos y un inagotable etcétera. Con los recursos de TeslaDyne y el apoyo de sus Científicos de Acción (¡lindo rótulo!), entre los cuales destaca un tal Carl Sagan, nuestro héroe afronta cualquier desafío a lo largo y ancho del mundo y del tumultuoso siglo XX, participando en guerras e incluso desembarcando en Marte. Todo esto haciendo gala y homenaje a la Ciencia Ficción de los años 50 y 60, en un estilo mezcla de Iron Man, el Astroboy de Ozamu Tezuka y Hellboy, muy ameno, fresco y adrenalínico.
Una muestra de las andanzas de Robo, en este encuentro con el Dr. Dinosaur.
Al día de hoy existen cinco álbumes publicados, cuyas reseñas dadas en Zona Negativa me hicieron cruzar los dedos para que esta obra burbujeante se pueda leer en Argentina:


Haber disfrutado de todas esas reseñas justificó de sobra este artículo. Pero por sobre todo, está esta entrevista a los autores, donde explican que Atomic Robo fue creado como reacción a las tendencias oscuras y depresivas de la industria del comic actual. Transcribo:

" Todo lo que representa Atomic Robo es una reacción frente a lo que muchos aficionados, incluidos Scott y yo, rechazan en los cómics. En una industria dominada por historias llenas de ira, torturas, melodrama y violaciones, nuestro objetivo es destacar por el mero hecho de ser divertidos. No es que Atomic Robo sea una serie asombrosa que le guste a todo el mundo, es que es un alivio si se la compara con lo que hay por ahí. "

...algo también válido para la Ciencia Ficción, a la cual esta obra hace homenaje (asunto que merece otros artículos). 
Aquí también se ve una actitud que estimo es deber ejercer, propagar y multiplicar: si algo no te gusta o satisface, no te quedes en la queja o en esperar que caiga del cielo algo mejor, desarrollá tu propia alternativa.

Como broche de oro, me entero que hay un proyecto de película sobre este robotito cabrón, Atomic Robo: Last Stop. Aquí un avance:


17 de abril de 2012

Vivir en un Holodeck, o el Futuro Sedentario

"SimuHouse" generando un entorno de parque al aire libre

En el Futuro dinámico y precario hacia el cual parece que vamos, habrá dos tendencias sociales polarizadas, extremos muy marcados. Por un lado tenemos los nómadas, tendencia que explora este blog. Del otro lado, los sedentarios.
Jacques Attali, en su "Diccionario del Siglo XXI" advierte de una tendencia llamada cocooning: el encapsularse en casa sin salir al exterior, pero manteniéndose en contacto con él mediante tecnología informática y de comunicaciones. Una postura psicológica de repliegue, de autocontención ante lo imprevisible y peligroso del afuera, algo que hoy se vive en muchas partes urbanas del planeta y que en Argentina se denomina como inseguridad.
En el siguiente video vemos un momento cotidiano de una urbanita sedentaria en su cocooning, en alguna parte de alguna ciudad. Sin salir de su casa, simula estar en un parque, comprar en un shopping, hablar cara a cara con una amiga en otro continente, etc. El entorno no es muy distinto del holodeck conocido por los fans de Star Trek, o el descrito por Kevin O´Donell Jr. en la novela ORA:CLE de 1983. Por supuesto, a veces hay fallas, puede pasar que el sistema se cuelgue...


Para ver más grande: "Golden Age - Somewhere" en VIMEO

Con el avance de la nanotecnología, nuevos desarrollos de materiales, etc. no sería raro suponer prototipos modestos de un concepto como este para 2015 o 2020, y que para la década del 2030 se vuelva un boom entre los sedentarios. Mercado seguro habrá, pues muchos sedentarios de mañana son las personas de mediana edad de hoy. En el Futuro el promedio de edad general será más alto que ahora (tema para ver en otro artículo), y para la gente mayor un entorno como éste es tan cómodo como agradable.
Por supuesto, esta maravilla se puede ver de otro modo. Desde una perspectiva extrema nómada, es una hiperjaula de oro, un útero permanente fuera del cual uno se encuentra infinitamente vulnerable, y una situación bastante triste.
¿A vos qué te parece?

9 de abril de 2012

Vivimos en el sistema Tierra-Luna

Hoy que es común y esta bien visto hacer eco de Greenpeace y el ambientalismo y la ecología, va esta mirada nómada a un concepto que se propaga como meme en diversas frases hechas, del tipo "la Tierra es única", "solo tenemos esta Tierra", "somos parte de la Tierra" y similares.
No vivimos en la Tierra, sino en el sistema Tierra-Luna:
La Luna, vista desde la Estación Espacial Internacional

La Tierra no sería para nada la misma sin la Luna, y la vida en la Tierra, de la que nosotros somos parte, al menos con las mareas oceánicas es influída por ella en forma directa e indirecta. 
La Luna ha sido barrera para innumerables asteroides que, en el remoto pasado, podían haber dejado a la Tierra estéril para la Vida. Y lo sigue siendo.
Solo por los dos párrafos anteriores puede decirse que hay una apreciación inexacta de dónde todos estamos paradosPero aquí tenemos algo un poco más profundo y sutil.
Cuando decimos que solo tenemos esta Tierra, estamos inconscientemente negando todo lo ajeno a ella, vale decir, la Luna. Como si no tuviese nada que ver con nosotros, lo cual es falso. O que es inalcanzable, lo cual también es falso desde 1969:
Foto de la misión Apolo 17 (1972) vía Wikipedia

Repitiendo y propagando conceptos como si fuesen mantras vamos a un razonamiento degradado. En este caso particular, al menos en dos sentidos: 

  • nos dejamos acotar en un escenario limitado
  • negamos nuestras propias capacidades y logros del pasado, volviéndonos a acotar en una perspectiva limitante

Desde una mirada nómada, en esas condiciones nos volvemos sedentarios y pasivos, resignados, depresivos y dependientes de soluciones externas a nosotros. Justamente en una época de crisis con incertidumbre en aumento, donde más se necesita lo contrario. O sea, confianza, voluntad, acción, creatividad y al menos una mirada más o menos crítica y objetiva de dónde estamos, con qué recursos contamos y por qué.
A mi entender, la mirada ecológica nos ha enriquecido con nuevas perspectivas, consideraciones y responsabilidades. Pero en una actitud entusiasta y a la vez adolescente, las tenemos demasiado focalizadas relegando otros temas sin prestarles debida atención.
Como por ejemplo, preguntarnos cómo puede ser que hace más de 40 años se haya llegado a la Luna, con tecnologías y capacidades inferiores a las actuales. Aventura que ahora nos parece terriblemente difícil, donde siempre se encuentran razones como excusas para no realizarla. Una hipótesis (con detalles algo desactualizados) puede leerse aquí. Hipótesis que por lo menos hace pensar en factores que influyen en nuestra vida actual, porque estamos viviendo sus efectos y resultados.
Para el nómada, siempre en movimiento, es vital saber dónde se pisa y observar el suelo, pero igual de importante es mirar al cielo. En este caso, no es que se trate de llegar a la Luna solamente: tiene que ver con todas las capacidades y posibilidades relacionadas que se puedan aprovechar.
En el pasado, la Luna y las estrellas siempre fueron útiles como recursos para orientarse, medir el tiempo, saber cómo gestionar las cosechas. Gracias a ellos, hoy estamos aquí. 
Está muy bien reconocer a nuestra madre Tierra, también es hora de que levantemos nuestra vista y volvamos a considerar los cielos. Al menos, para darnos cuenta de recursos y posibilidades que ignoramos y nos estamos perdiendo.

4 de abril de 2012

Ir ligero (II): los objetos virtuales

Infoglut, imagen en galería de Glow Defective Soldier


La expresión "ir ligero" hace referencia al peso de lo que llevamos con nosotros: la carga de los objetos materiales atesorados.
Hoy día tenemos, además, objetos virtuales: cuentas de mail, de redes sociales, blogs y/o sitios web más amplios o desarrollados, favoritos-marcadores-RSS referenciando a lo que nos interesa, inmensas cantidades de archivos almacenados, etc. 
Su carga no es el peso, sino el tiempo.
Tiempo para leer, mirar, escuchar, repetir... y para administrar todos esos objetos. 
De hecho, el almacenaje al infinito de estos objetos es la nueva gran industria. Obsérvese que ya no se habla tanto de potencia sino de capacidad: no interesa, en general, que el gadget que use sea más veloz, sí que tenga más memoria para atesorar fotos, archivos, canciones, videos en catarata interminable. Y si no alcanza, Internet llega al rescate ofreciendo almacenar todo exceso de equipaje en la nube del servicio que más nos guste o convenga.
¿Pero de qué sirve almacenar al infinito lo que sea, si después no hay tiempo de disfrutarlo?


Hoy podemos buscar cualquier cosa que queramos en tiempo mínimo gracias a Google, Spotlight, iTunes y futuros clones a medida personal, primero en n discos externos, mañana en memorias de estado sólido en variedad interminable, pasado en nubes personales físicas y/o virtuales. Pero toda esa gestión no ayuda en nada cuando se trata de apreciar una melodía, una escena, una foto bien tomada, un texto con profundo significado.
Menos ayuda cuando nos toca decidir si vale la pena conservar lo que tenemos enfrente o no. Y ni hablemos de poder hacer un resumen o síntesis.
Hemos desarrollado computadoras por más de cincuenta años, buscando velocidad y almacenamiento tendientes a infinito. OK, si no tenemos eso, ya estamos a punto de tenerlo... para terminar aturullados y embotados con más noticias que las que podemos aprehender, más datos que los que podemos abarcar, más música que la que podemos oír, más textos que los que podemos leer, más películas que las que podemos mirar.
La Era de la Información ha llegado para servirnos, pero tan pasada de vueltas que nos supera. Todo un desafío que, hasta ahora, no sabemos ni siquiera cómo encarar, no solo resolver: por ahora, la solución es seguir acumulando y ya se verá más adelante...


En el caso del nómada, es un problema desafiante: el exceso de objetos virtuales es, en palabras de Jacques Attalí, cronófago, cometiempo. Tiempo que sirve para sus proyectos, sus creaciones, sus acciones, sus desplazamientos.
Rendirse a los objetos virtuales es volverse sedentario: detenido, pasivo, disipando energía destinada a la acción-creación. O directamente, destinada al simple hecho de vivir.
Pero a la vez, reducir a cero los objetos virtuales implica desconexión: la imposibilidad de comunicar, de compartir, de dar a la Tribu o de ser nutrido por ella, justamente el entorno que sostiene al nómada y le permite ser como es.
Semejante dicotomía, casi contradicción, apenas está planteada, quizá nunca se resuelva. Es una ola que todo nómada deberá surfear a su manera, atento a las sorprendentes ideas y alternativas que serán ideadas mañana y pasado.


Tal vez tengas alguna que quieras compartir aquí  ^-^

3 de abril de 2012

Estética Nómada

Un nómada tiene una cultura, y una característica de la cultura es una estética.
Tanto la cultura como estética nómadas están en un burbujeante nacimiento y desarrollo, y no tienen definición concreta todavía. Pero este trailer de la película True Skin sirve como un pantallazo-avance de lo que podría llegar a ser:


TRUE SKIN TEASER from H1 on Vimeo.


Aquí vemos una ensalada dinámica en un ambiente urbano, en lo que llamo explosión de opciones
Se pueden ver los nómadas de lujo y los nómadas de miseria, los nómadas virtuales representados por cámaras móviles y robots que se notan dando vueltas por ahí (si no es que los robots son nómadas en sí mismos, en su propio camino...)
Se ve también la conectividad y la portabilidad, electrónica comunicante en una explosión de mensajes y sentidos, incluso insertada en el cuerpo, como se ve en la imagen inicial del trailer.
Todo el conjunto en un contexto que no necesariamente es feliz, sí tan variopinto, cambiante y vivo como el que podemos ver a la vuelta de la esquina de nuestras casas. 
Un mundo no diferente al que vivimos hoy, en donde la estética nómada busca al menos complementarse... y quizá no podamos (por ahora) pedirle más.

26 de marzo de 2012

Ir ligero (I): Andrew Hyde y sus 15 objetos

Andrew Hyde  se define como "vagabundo minimalista", dedicado entre otras cosas a organizar conferencias TEDx y talleres de emprendimiento. Como nómada que es, merece atención por esta foto, donde lo vemos con sus 15 posesiones:
Andrew Hyde con su PACK de objetos, mayo de 2011
(clic en la imagen para ver lista detallada en su blog)


Siendo estricto, no son exactamente 15 objetos. Además, estamos hablando de objetos materiales, y la presencia de un smartphone y una notebook sugiere la existencia de objetos virtuales (tema para otro artículo). Pero más allá de estos detalles, en esta foto se pueden deducir varias características del nómada, como ser:
  • Simplicidad (lo mínimo indispensable, o al menos aceptable)
  • Practicidad (que le lleve menos trabajo para ordenar, guardar, mantener, etc.)
  • Conocimiento de uno mismo (para poder decidir y priorizar los objetos necesarios)
  • Búsqueda del máximo rendimiento
Este último punto es importante, porque apunta a la calidad y versatilidad de cada objeto elegido. Obsérvese, en el listado y explicación del propio Andrew, que ningún objeto vale dos mangos. Tiene su lógica: cuanto mayor sea la calidad-versatilidad, cada objeto puede utilizarse y dura (o debería durar) mucho más. La contra: el costo.
Andrew corre con la ventaja de moverse en lo que llamo Norte (USA, Canadá, Europa, Australia & Nueva Zelandia), donde tiene amplio espectro para elegir objetos con calidad-versatilidad similar. No es el caso de quienes vivimos en lo que llamo Sur, aún en las zonas que podemos considerar más ricas. En ese sentido, para quien esté interesado quizás ayude la siguiente foto, cuando Andrew comenzó su práctica minimalista:
Andrew Hyde con su PACK de objetos, agosto de 2010
(clic en la imagen para ver lista detallada en su blog)


¿Y cómo está Andrew hoy? Está más sedentario, y sus actividades lo fuerzan a incrementar sus posesiones, al menos de ropa. Pasó de 15 a 39 objetos, siguen siendo pocos, pero da para pensar en varias cosas:
 Andrew Hyde con su PACK de objetos, enero de 2012
(clic en la imagen para ver lista detallada en su blog)


Para terminar, mi curiosidad: ¿cómo sería el mismo caso para una mujer? Para un hombre, de entrada, es más fácil. Y en el caso de toda mujer, las necesidades y exigencias son mayores (¡¡¡todo un tema para debatir y analizar!!!). Pero sospecho, considerando la practicidad, entereza y originalidad de toda mujer, que los resultados serían tanto o más interesantes que lo visto aquí. 


23 de marzo de 2012

Qué es ser Nómada, según Jacques Attali

Jacques Attali, político, economista, escritor, músico, es autor (entre muchos otros) de un libro llamado DICCIONARIO DEL SIGLO XXI. Está escrito en 1988, y publicado en español en 1999; pero desde el Pasado describe con precisión inquietante nuestro Presente, trazando tendencias del Futuro próximo.
En este libro descubrí, hace alrededor de diez años, su concepto de nómada. En honor a ese concepto va el espíritu de este blog, y me parece apropiado comenzar, para la exploración de ese universo, con las siguientes pinceladas para describirlo (en esencia de Attali, con leves toques personales):




NÓMADA
Arquetipo humano del Siglo XXI. Sus valores, ideas y deseos dominarán la sociedad. El mercado hará todo lo posible para satisfacerlo, permitirle que lleve su casa consigo y se mantenga conectado con los principales oasis.
Habrá tres clases de nómadas: de lujo, de miseria y los nómadas virtuales, que vivirán sedentarios con la esperanza de acceder a los medios del nomadismo de lujo y el temor de caer en el de miseria, donde importa la mera supervivencia.
Todos tendrán que descubrir y ejercitar la navegación, el relacionarse en tribu, las verdades vagabundas válidas para todo nómada, sea cual fuere su clase.
Todo nómada tendrá que ser:

  • LIGERO: con pocas posesiones que no le estorben en sus desplazamientos, sólo podrá acumular ideas, experiencias, saberes y relaciones.
  • LIBRE: creativo, concentrado en cosas esenciales. Su identidad se define por una cultura-ideología-conducta que lleve consigo, y la tribu con la que se relacione.
  • HOSPITALARIO: cortés, abierto a los demás. Sabe que su propia supervivencia dependerá de la acogida que reciba en reconocimiento a su savoir-faire. Si no dejó una buena imagen, si quemó las naves, le quedará prohibido el acceso a la fuente: se restringen sus caminos posibles.
  • VIGILANTE: su campo es frágil, sin murallas. La incertidumbre le acompaña siempre, y se presenta de improviso en cualquier sitio, en cualquier momento. Como diestro navegante, estará al acecho de escollos y tormentas.
  • CONECTADO: condición necesaria para subsistir. La necesitará en su relación con su Tribu y con los oasis que visite en el pasado, presente y futuro.
  • FRATERNAL: nómada viene de una palabra griega que significa compartir. Su subsistencia se basa en compartir sus campos de vagabundeo con quienes esté relacionado.

Te propongo me comentes qué te despierta leer estas líneas: quizás seas nómada, y nunca te pensaste como tal. 

¿Why Futuro Nómada?


Dos palabras, dos significados.


Ante todo, FUTURO. Un Futuro que ya es presente: influye sobre el Hoy sin estar todavía aquí. Y a la vez, está influenciado por las necesidades y desafíos que Hoy vivimos y se arrastran del Pasado. 
Un Futuro que es nuestro espejo: muestra nuestros sueños, límites y pesadillas en una visión general del Mundo.
Luego viene la palabra NÓMADA. Que da imagen errática y de movimiento, de inquietud y búsqueda, de cambio e incertidumbre. 
Todos signos de nuestro Tiempo cada vez más revuelto. En lo exterior y en lo interior. 
Se acabaron los días previsibles, el Cambio nos acompaña para bien y para mal. Igual que para los nómadas, cada día tiene su aventura, improvisación y aprendizaje: a todo eso nos tenemos que adaptar. Algo que viene de la Noche de los Tiempos, en que ser nómada era la condición natural del Hombre. 
Ahora se presenta como lo nuevo y, quizás, de la mano de una nueva mentalidad que buscaré explorar y desarrollar en este blog.


Te invito, en este proyecto, a que caminemos juntos.