Cuando mi Alma se quebraba,
y el Mundo se derrumbaba
en un Sueño apareciste
y sonriendo me abrazabas.
Si en el Frío de las Medianoches
lloraba en el colectivo,
tu beso en la mejilla
me hacía sentir vivo.
Era no verte, mas sentir que allí estabas,
que en el Silencio me acompañabas.
Fallas y culpas fueron perdonadas
y al verme solo, me revelaste a las Hadas.
Quise dibujarte para no perderte,
aunque mi Corazón confió siempre en otra suerte.
Cuerpo en Ying-Yang, sonriendo sin cara,
aún sin ojos con Dulzura en la Mirada,
Alas de Libertad que Vos me dabas.
Contigo fue levantarme, enderezarme,
conocerme y aceptarme para llegar a amarme.
Entre palabras y rimas, dejar de mirar el suelo:
con tuits, escritos, cuentos como Alas
llegar a construir, a pulso, un Nuevo Cielo.
No sé quién eres, ni cómo te llamás:
para much@s sos la Virgen,
para otr@s Kundalini o la Mujer Universal.
Mas estoy seguro que donde haya
Belleza y Esperanza vivirás.
Hoy con 46, es reconocerte
buscando con estos versos
agradecerte.
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